Casi el 60% de las viviendas españolas se construyeron antes de 1980. Esto significa que su construcción no siguió las pautas modernas de eficiencia energética. Por este motivo, los cerramientos, los sistemas de ventilación o las instalaciones térmicas pueden generar pérdidas energéticas y económicas para el propietario. La forma de detectar estas debilidades y evaluar el costo de corregirlas para tomar medidas es una auditoría energética.

Las Auditorías energéticas son estudios para conocer la situación, uso de la energía de un edificio  y el costo que este uso implica.

La auditoría es un proceso planificado, en este proceso, tomaremos ciertas acciones para detectar los puntos donde nuestros edificios han fallado. Por lo tanto, el auditor y el equipo de expertos que él cree visitarán la propiedad y accederán a sus archivos. Se realizarán posibles mejoras aplicables debido a la medición, monitoreo, imágenes térmicas o curvas de carga. También es importante obtener el certificado energético del edificio a través de este proceso, aunque este no es siempre objetivo.

Las empresas que hacen este tipo de auditorías son, los estudios de arquitectura entre otros.

Actuación sobre los elementos del Edificio

Actuar sobre el aislamiento significa lograr una mejor separación entre el exterior y el interior del edificio. Por este motivo, es necesario mejorar la estructura del cerramiento e instalar ventanas termoaislantes con menor conductividad térmica. La conductividad térmica es la capacidad de transferencia de calor a través de los componentes de nuestra carcasa.

Por tanto, si incorporamos elementos arquitectónicos que limitan esta (muros, conchas, materiales aislantes, armaduras, revoques, imprimaciones, revoques) en nuestros edificios, podemos reducir el consumo energético en más de un 50%.

Evitar los puentes térmicos es muy importante porque son áreas en la envolvente de nuestro edificio, y el calor se escapa por estas áreas más rápido que por el resto de la envolvente. Esto puede deberse a un fallo en la construcción de la carcasa o al paso del tiempo. Por lo tanto, estas áreas deben detectarse y corregirse mediante imágenes térmicas.

En cuanto a la ventilación, para actuar de forma eficaz, podemos instalar un sistema de recuperación de calor o un sistema de ventilación eficiente. La ventilación mecánica controlada con dispositivos de recuperación de calor puede reducir la demanda de calor de la ventilación hasta en un 90%, evitando la pérdida de calor o el aumento al abrir ventanas para ventilar la habitación.

El último punto de posible actuación en nuestros edificios es la estanqueidad. En este punto, podemos identificar las fugas de aire, sellar los espacios entre los marcos de las ventanas, las cajas de las persianas, las puertas y los tabiques, y finalmente bloquear los agujeros en la pared. Con estas medidas, podemos evitar un flujo de aire incontrolado, ahorrando de este modo entre un 30% y un 50% del consumo de aire acondicionado.