La luz en la arquitectura es uno de los factores más importantes y tener en cuenta en el diseño de casas. A la hora es escoger una vivienda de las primeras cosas en la que nos fijamos es en la cantidad de luz que recibe, ya que con ella podemos apreciar mejor el espacio que nos rodea y así poder recibir una mejor sensación del entorno.

La luz natural es un recurso que bien utilizado nos puede ayudar a ahorrar energéticamente, también a cuidar la ecología y ahorrar económicante, porque teniendo un buen ingreso de luz y aprovechando el recurso a poder tener más tiempo de luz natural en la casa, encender menos luces e incluso regular la temperatura sin necesidad de utilizar tanto los medios como el aire acondicionado o la calefacción.

Para que la iluminación natural sea realmente efectiva en la vivienda debemos tener en cuenta la calidad de las aberturas así como el doble vidriado, pero fundamentalmente el asesoramiento de un buen arquitecto que al construir nos haga pensar en la mejor orientación de la vivienda.

La luz en la arquitectura tiene una función estética pero también práctica. Cuanta más luz natural entre en una vivienda menos consumo energético habrá. Estas funciones también las podemos obtener mediante la luz artificial, ya que con los cambios producidos en este sector a lo largo del tiempo se ha conseguido minimizar el consumo y alarga la vida útil del producto.

La mejor forma de conseguir luz natural es aportar por espacios amplios y grandes ventanales. En los casos en los que una vivienda no pueda adpatarse a este tipo de reformas siempre existen otras alternativas, como optar por pintar las paredes blancas o con tonos cálidos que le den claridad a la casa. El suelo también juego un importante papel para conseguir mayor luz natural. Por ello, un tipo de suelo claro es la mejor forma para que la luz se refleje y la casa se vea más luminosa.